En el mundo, nuestro mundo, siempre hemos estado rodeados y convivimos a veces por conveniencia otras por miedo, con gente sin pasado, presente ni futuro, solo personajes repetitivos y mediocres, pero que han sabido enfrentarse a su consciencia y la han apartado del camino para obtener y conservar el poder; un poder sumido en sangre y lágrimas ajenas, nunca las propias, por momentos notamos que lo son, pero con culpa o sin ella nos adaptamos. Así transcurrimos y malgastamos el preciado tiempo que nos envejece, sin mostrarle ni plantearle una lucha justa y necesaria, que nos logre sacar del ostracismo y cuando solo, con cambiar las ideas y mover las manos se puede lograr el triunfo.

Se recurre a sacerdotes intermediarios del perdón para que antecedan ante un supuesto poder supremo y nos tramite y consiga el perdón o también ante los modernos brujos con licencia llamados terapeutas que tienen la suficiente astucia, para descubrir los fantasmas internos y llevarlos a control, un control que se manifiesta con un botón, que se torna de dos colores dependiendo del ánimo personal.

Se deberían aplicar multas por no pensar y por no actuar, creo que tocar el bolsillo de las personas es altamente delicado y la gran mayoría al notar que esto ocurre, tendrán otro comportamiento; serán más pensantes y más activos, lo que los llevará a una mejor forma de vida.

Desde los comienzos han estado allí dos carriles: izquierdo y derecho, tenemos y nos pertenece la potestad de elegir el que consideramos más útil, más atractivo, interesante e importante, lo terrible es saber si la elección es correcta, que sólo la confirmara el tiempo, ese al cual por momentos le restamos importancia y que por ley le pertenecemos y derivamos de su influencia. La historia humana tiene muchos ejemplos de lo primordial que es el tiempo y de lo que representa el mismo, siempre ha sonado la alarma a placer en el momento indicado, para recalcar en nuestras mentes su gran importancia.

Tiem……………

Miguel Correa