PASION #3

Puedo desearte, pero, mi pasión se diluye antes de rozar tu piel.

Puedo amarte, pero, tu odio enciende mi precaución.

Puedo anhelar tu voz melodiosa, pero, las notas se confunden al imaginar y comenzar nuestra canción.

Te sueño fundida a mí más se interpone una cortina gris.

Te veo en mi retina y mis ojos se tornan húmedos.

Te observo en la distancia y al correr a encontrarte, los pasos huyen a izquierda y derecha alargando mi camino.

Mi voz con sus altos acordes se hace infinita de tanto nombrarte.

Mi cerebro grita y clama, por unos oídos que arrullen su canto.

Mi espíritu quiere atrapar al viento y fusionarse con el tuyo en el centro de un laberinto, donde bailen la entrada y la salida.

Con celeste sinceridad, acojo tu irónica vanidad como fiel animal en celo.

Con furia reprimida sonrió ante el exagerado taconeo de tu egolatría.

Con el doctoral y cabalístico amor que brota por mi sexo, quiero llenar tu aposento y colmarlo de vida nueva e intensa.

Basta tener alma de niño para traspasar la puerta de tu encanto.

Basta desatar la lujuria sin freno para desarrollar los pensamientos.

Basta solo un poco de malicia, para conquistar el arrullo de tus ojos, la pasión de tus brazos y el fuego de tus labios.

Lo mas importante es que podemos vivir el momento, sin cadenas, con libres movimientos, con sueños por cumplir, barreras que saltar, con raíces de campos floridos, con brazos que aprisionan, pero también ofrecen libertad y sobre todo viviendo la pasión número tres.

Miguel Correa.

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