¡Mascotas! ¡Mascotas! ¡Mascotas! Todos las tienen, de diferentes formas, colores, tamaños, animales de distintas razas, yo tengo dos mascotas: discos de música y libros; la importancia que les daría está en mi subconsciente, podría ser: 50-50, 60-40, o 100-100, no sé, lo más importante es que han representado dos órganos más en mi cuerpo y prolongaciones de mi mente, me han traído felicidad, satisfacción, ego alterado y han producido altercados, polémicas, los discos están compuestos de átomos que al hacerlos sonar van a velocidades fantásticas, dependiendo del estado de ánimo del o los músicos y los libros son pequeñas partículas de tintas que se unen para formar frases, párrafos y hojas inertes que al recrear la mirada en ellas les damos vida.

Ojos y oídos se hacen adictos a los sonidos y la lectura, dependen de estos para ver y oír con suma alegría, es una droga necesaria que disemina sus efectos por todo nuestro organismo, acelerando y desacelerando la adrenalina, la dopamina y la consciencia, promueven la libertad individual y en algunos casos la colectiva.

La música tiene como principal característica que entra por tus oídos y poros se encuentra con la sangre y se va diseminando por todo el cuerpo atreves de las venas y arterias, produciendo un éxtasis apoteósico que te lleva a galaxias inexplorados adonde no han llegado aún los astronautas.

Los libros desempeñan otra misión entran por tus ojos, se estacionan un tiempo en la retina, donde son analizados por las neuronas, desglosándolo en conocimientos buenos, medianos, de importancia y malos, pero aquí entra en ayuda la personalidad de cada quien; algunos conocimientos son aprovechados al máximo y otros desechados, otros se toman como patrón de conducta buena o mala, total que pienso y creo que estas son las dos mejores mascotas que puede haber, también depende de lo que piense y crea cada persona.

Miguel Correa.