Se crece,
crece, no crece, sigue creciendo, parece algo interminable, así es nuestra
vida, hasta que llega el destino individual y termina la historia que crece; en
el comienzo el crecimiento es muy rápido, hasta un momento definido o definible,
una "Incógnita", paramos el crecimiento o así lo creemos, pero le
podemos echar la culpa a las dudas: grandes, pequeñas, de colores, invisibles,
grabadas o creadas, es un misterio no resuelto aún, en la mitad del primer
crecimiento amamos, idolatramos y deseamos a las actrices de las películas de
moda, más tarde buscamos con pasión una de sus miradas, pero esa mirada no
llega, se queda en el espacio convirtiéndose en quimera y seguimos creciendo
hasta el borde de la montaña, la montaña que está en la mente y a la cual debemos
escalar para llegar a su cima, volviendo a bajar para la continuación del
crecimiento, que se hace largo porque abundan las montañas y los ríos, lo mejor
de los ríos es que fluyen y nunca son los mismos, sus aguas se tornan claras o
turbias, pero siempre nos bañamos en ellas aunque después nos secamos y
volvemos a la montaña.
El
crecimiento llega a un punto en que hay permiso, para entrar al teatro, si
compras una entrada; al ver a tus actrices sus protuberantes senos te provocan
ansiedad, te recuerdan la niñez cuando te hacía falta la leche materna y tu
lengua suda en abundancia, con imágenes ahora nuevas, atractivas y ante tu
ángulo visual, se produce otro crecimiento que comienza en los dedos de los
pies y culmina en tus cabellos, con la adrenalina a millón, la respiración en
alto nivel y un escozor porque no sabes dónde colocar las manos que se agitan
con angustia.
Desde este
instante el crecimiento se mantiene con algunos avances y otros retrasos, se
puede convertir en una carrera de fórmula 1 o en pasos de pereza, dependiendo
de la potencia del motor mental, de las aptitudes y actitudes, estando siempre
atento a las frases, oraciones y párrafos que percibes en tus oídos y
filtrándolas antes de que lleguen a los laberintos mentales y te sean útiles para
tu crecimiento.
Vital es saber crecer, vencer la velocidad del
viento que te cubre, parar su trayectoria y hacerlo que tome otra dirección,
moldear sus caricias tornando sutiles la furia de los cuatro elementos, para
que trabajen para ti. ¡Amen!
Miguel Correa.
Probando a crecer¡
ResponderEliminarSabiendo crecer.....¿ . ?
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