Con un
patadon bien dado se controla la inflación, se coloca en cuatro patas y se le
da su patadon, se le da de ambos lados para que sienta el patadon, se coloca
uno derecho y se asesta el patadon, que le llegue al entendimiento y se
extingan los parásitos, que alborotan el estómago y crean nefastas ideas, que
están fuera de la ley revoloteando como mariposas alrededor de la puerta, ya
vienen los coros, se van difuminando y algunos logran dar toques en la puerta
para que los oídos estén avisados y las manos den palmaditas en los hombros, se
oyen voces que redicen ¡ya entran los coros¡, tengan calma, estén atentos y
contesten cuando se les pregunte, !por favor! no se aglomeren y hagan espacio,
para que todos tengan oportunidad de expresar sus buenos y malos pensamientos,
después se hará justicia y se implementara el orden.
Se origina
la pasión con sus brazos largos y los pies cortos, adentrándose en las mentes
inspiradas y benevolentes, mostrando sus garras más ególatras, su desasosiego
que se convierte en salpullido exótico, las cucarachas del exilio retoman su persistencia
predeterminada y cubren los asientos que aún se mantienen libres, esperando que
las acaricien con su calor los huéspedes momentáneos cuya misión es: hablar,
vociferar, discutir y distraer las mentes de los ingenuos y acérrimos creyentes
de las verdades y mentiras a medias.
Se habla sin
entender ni ser entendido, se vocifera para acallar a los contrarios de
pensamiento, se discute sin concluir nada y se distrae con la intención de
engañar, lograr beneficios y un fin determinado; la ilusión continua su trabajo
de hormiguita en los cerebros dispuestos a esquematizar sus funciones, ya se
acercan las bandadas de zamuros cubriendo con su oscuridad las estampas
alienadas de los idealistas fanáticos de miserias, las antenas de la esclavitud
vigilan, localizan y someten a los defensores de la libertad, los torturan,
doblegan y mutilan, pero sus mentes continúan soñando con alas de cambio que cubrirán
la tierra y la pintaran de azul, para beneplácito de los verdaderos
compatriotas.
Miguel Correa.
Conciso¡
ResponderEliminarMuy bueno¡
ResponderEliminarGracias¡
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