El político tiene
un tatuaje que lo identifica, sobre todo cuando quiere el poder absoluto y la sumisión
de sus adeptos y contrarios y es la terrorífica envidia, ella lo lleva a
destruir todo lo que se antepone en su camino con un sino sado-masoquista. No
se debe permitir a los resentidos sociales alcanzar el poder porque el
resentimiento es una de las formas de envidia más terribles, la cual lo lleva a
apoderarse de los bienes ajenos por medio del poder alcanzado con mañas y en
ocasiones suelen recurrir a las torturas, la expropiación, el robo y hasta al
asesinato para lograr sus nefastos deseos de poder. En el mundo hay infinidad
de ejemplos de estos personajes malignos unos más maquiavélicos que otros, pero
en general todos contaminados por la destructiva envidia.
La envidia
provoca venganza, violencia y exterminación, de todo y todos los que están en
contra; por eso ha habido, hay y habrá guerras fratricidas, racistas y homofóbicas
entre pueblos sometidos, esclavizados, sumisos y alienados por los políticos y
religiosos de turno exacerbados por los bienes, ideas, acciones y pensamientos
ajenos.
El envidioso
sufre de salpullido en su deforme cuerpo el cual cubre con ropas elegantes de político
o profeta para engañar a sus semejantes y convertirlos a su causa, el ego los
eleva a la estratosfera y se creen alados con el poder de sobrevolar encima de
las cabezas de sus semejantes, por eso siguen la carrera política o religiosa
porque así puede serles más fácil obtener el máximo beneficio con su envidiosa mente.
El progreso
genera envidia, la felicidad provoca envidia, el que posee hace nacer la
envidia en el que no tiene nada, el que está sano produce envidia en el que está
enfermo y así sucesivamente todo lo bueno tiene su contraparte en lo malo; toda
persona esta propensa a sufrir de envidia; así vemos que hay democráticos,
comunistas, fascistas, socialistas, terroristas y dictadores que viven en una
constante pelea por el poder absoluto; igualmente entre las diferentes
religiones las cuales estimulan el odio entre sus fanáticos también para
obtener el poder absoluto, esto nos demuestra que los políticos y religiosos
son profesionales de la envidia y han hecho del mundo un lugar inhóspito. Miguel Correa.
Esos políticos enfermos de envidia están destruyendo mi país y parece que a nadie le importa, una gran cantidad de compatriotas están de acuerdo con esta enfermedad porque también están contaminados.
ResponderEliminarA mucha gente les gusta todo hecho así tengan que empeñar sus vidas, por eso vemos gente que se venden por muy poco y aman a su esclavizador siempre por la mala costumbre de esperar un Robin Hood que les solucione todos los problemas.
EliminarEn el mundo moderno mucha gente tiene distorsionado el emblema "Unión Y Fuerza" y piensan que unión es: expropiar, quitar, alienar, cambiar y torturar; y fuerza es: destruir, someter, exterminar, amenazar y asesinar. ¡Que desperdicio¡
ResponderEliminarEl político basa s gloria en la desdicha de los demás y el religioso en la ingenuidad y ssi ambos van destruyendo a la sociedad.
ResponderEliminarPor eso no hay que creer en ellos, ambos son nocivos.
EliminarTodo el problema radica en la flojera mental de algunos, la desidia de dejar que todo siga tal como esta sin buscar la o las formas para mejorar y la costumbre de conseguir todo hecho sin ningún esfuerzo.
ResponderEliminarLa gran mayoría es inútil para buscar e implementar soluciones a los problemas , nos dejamos abatir por ellos sin luchar por conseguir una mejoría, por eso nos acostumbramos a dádivas y limosnas que lo que hacen es bloquear nuestro intelecto y nuestro entorno social, es ahí donde el político y el religioso se vanaglorian ofreciendo desgracias disfrazadas de soluciones.
ResponderEliminarTenemos que aprender a descubrir a estos esbirros del infierno, a estos demonios del infortunio, para poder luchar contra ellos.
ResponderEliminarCon fe, inteligencia y astucia los descubrimos y podemos vencerlos unidos todos.
EliminarPor culpa de malos politicos es que en muchos sitios el mundo va en atraso.
ResponderEliminarAsí como aquí en Venezuela.
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