Las funciones extravagantes del espíritu se amontonan en un obelisco que
le hace caricias a las nubes, las visiones de gran mundo acorralan a la verdad
y la hacen asimilable, la fe de los creyentes en utopías se fusiona con los
árboles y colorea sus hojas, las lecturas matinales cubren los lechos sexuales
de las parejas en calor, los perros del infortunio encogen sus alaridos y los
pregoneros de noticias congeladas alarman a las nocturnales lechuzas que con
sus grandes ojos pelean por su lugar en la noche de los difuntos.
El anciano con su disfraz de sabio continúa engañando a los inocentes del
exilio voluntario, el pastor regaña a las ovejas por comer un pasto diferente y
los apóstoles de la mesa redonda enfermos de gula agotan las provisiones de
alimentos con una furia intensa.
Las obsesiones se hacen caprichosas y se convierten en anhelos que
brillan con luz interna y juguetona, el desasosiego se hace ley y juzga a los
imberbes justicieros de la calle con un ímpetu que doblega las miserias
fanáticas de la mentira más diabólica y agasajada.
El espectro de la acera devana sus momentos y divaga entre, si ser un
lacayo o un protagonista de la aurora de sus pasos, el emblema de los esbirros
es mutilar el aplauso de los que descubren la salida del laberinto, si llegamos
al fin de la jornada nos imponen otra para distraer la alegría del cambio
obtenido, el agorero destruye las pasiones de las almas andantes del purgatorio
que lo veneran con idolatría extrema, las pasionarias visten sus mejores trajes
para deslumbrar a los inertes zombis.
El caos se cierne sobre las mentes y corazones de los habitantes del
paraíso, los ídolos de cera están en tensión, la ebullición de las voces hace
brotar chispas que los hace derretirse en un holocausto de altas y bajas
pasiones, los cuchillos del olvido y el desprecio cubren sus estampas
llevándolos al paroxismo del miedo más intenso, los extravagantes discursos de
nada, dejan avizorar los cambios más profundos y se percibe en el ambiente la
llegada de una nueva ideología que someterá y opacara la verborrea de los
detractores de la verdad y la dicha intensa que ya se acerca en el horizonte,
asomando sus nacientes alas y sus manos aplaudiendo sin parar.
Las diferencias, similitudes, necedades, idioteces y acciones tienen
mucha familiaridad. Los inocentes y los imbéciles tienen cierta afinidad, en
Venezuela un imbécil les dio poder a muchos inocentes y ahora son el doble de
imbéciles, su poder llega a tal extremo que ahora se sienten dueños de los
otros imbéciles y de los pocos inocentes que aún quedan y los inocentes quieren
llegar a la imbecilidad ajena para también tener el poder que devengan los
imbéciles, con el consentimiento de los que son inocentes y de los que son
imbéciles.
Parece una bufonada para hacer reír y pasar un rato agradable, pero a
veces las chabacanerías se convierten en ley para obedecer y también violar, la
chabacanería es un producto imbécil del sistema que lo promueve y lo exalta
para que los mediocres crean tener o ser dueños de algo, que los hace felices y
los divierte a ratos.
Los duendes gemelos que dirigen tu vida viven en una constante lucha,
tratando de modelar tu conducta entre flores y espinas, cada uno representando
su espectáculo para llamar tu atención absoluta y hacerte participe de sus
designios; el auge y caída de los mediocres e imbéciles, te deja influencias
negativas que encarecen el valor de las dadivas, eres ya el conductor de los
hilos del payaso que mueve las actuaciones de las estampas del templo y
paraliza los relojes en el limbo de la jungla.
Cuando las fabulas son dueñas del imperio, los destinos están marcados y
tienen una dirección definida e impuesta por las circunstancias de la gloria más
infame, el analfabetismo de los incautos los hace bestias en acecho, próceres de
los desechos caprichosos de las bestias de la guerra.
Los devoradores de necesidades se unen en un aquelarre interminable para
apoderarse de los sufrimientos de los olvidados del festín, los que recogen las
migas de la misa de los usurpadores siempre van a la retaguardia tratando de
atrapar las sobras antes de que se posen en el suelo y sean pasto de los insectos;
es una lucha sin fin en la carrera por la sobrevivencia, por la satisfacción de
ser el primero en llevar algo al estómago; lograr la meta de un día más, aunque
sea a duras penas.
Miguel Correa.
Excelente y agradable descripción de un problema común que afecta a los venezolanos.
ResponderEliminarGracias, siempre hay que encontrar una forma atractiva y agradable de decir las cosas, con eso a la gente les gusta y puede que hagan algo.
EliminarWow, provoca leer y leer sin parar; repetir y repetir sin cesar, hasta grabar en tu mente esta gran verdad que somete a muchos en el mundo y en especial a lis habitantes de nuestro hermoso país Venezuela!
ResponderEliminarSi aunque nos duela es asi, porque mucha gente esta encerrada en un limbo, que bloquea todas sus funciones corporales y mentales, convirtiendolos en marionetas del desastre.
ResponderEliminarQue terrible, cuando entenderan la situacion?
ResponderEliminarEs un dilema¡
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