Esperanza, mi otra mente, la maquiavélica, la que nace cuando sus luceros penetran el espacio circundante y advierten la presencia de unas bonitas, torneadas y redondas nalgas, alcanzo la lucidez después de haber sido protagonista a medias de un sueño volcánico (porque el sueño paraba para orinar y luego continuaba al rozar otra vez las sabanas).
Me dejé llevar por los plácidos acordes de una música misteriosa y macabra. Fui partícipe ansioso, ávido y voluptuoso, de un fugaz pero silencioso y sangriento deseo que recorrió hasta lo más interno e intrincado de mi aparato óseo; mis venas se convirtieron en trenes que transportaban a lo largo de sus rieles de incienso quemante e hilarante, un plácido y erótico momento que no quería morir sin placer, sin haber vivido a plenitud la ciencia letal que significa amar.
Mi descontrol llegó al límite del examen morboso, pero el morbo quebró su recorrido y se convirtió en religión seglar, que rompe hasta el más duro metal.
Soy religioso por crianza y complacencia familiar, la complacencia que te da regalos, que te mantiene, te alimenta, te viste, te mima y te consiente.
La religión anormal y psicópata que me han hecho profesar, que mata aspiraciones, controla espíritus, aniquila almas rebeldes, domina tu pasado, presente y futuro, que te hace elegir malos gobernantes, adorar y venerar falsos profetas; mas no logra contener y doblegar mi áspero y esquizofrénico deseo de amar todo lo que es sexual.
El sexo en toda su amplia y extensa forma de sentir y gozar las formas abombadas, esponjosas y bien labradas de unas nalgas femeninas; los labios palpitantes de una vagina abierta en flor, con su monte de venus, esperando que apliques toda tu pasión; los senos glamorosos y frenéticos que se desbocan al mínimo roce de tus pinzas manuales.
Cuando al fin posé mis sentidos en aquel sueño de mujer, sus piernas, en un abrazo titánico, lujurioso y diabólico aprisionaron con tanta vehemencia mi figura que traspasaron mi piel y llegaron a mi esqueleto, exprimiendo hasta la última gota de mi elíxir, transportando mi corteza y mis huesos a diferentes galaxias (1976). Miguel Correa.

Comentarios

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  3. Eso es un orgasmo intenso y profundo con unas características especiales y enigmaticas.

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  4. Bueno el sexo es vital para el mejor desenvolvimiento de todos los seres vivos en la tierra y hay que buscar las formas ideales para que sea lo mas placentero posible.

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  5. Todo lo que tiene que ver con el sexo es de mucha importancia ya que debido a el es que nosotros existimos.

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    1. Por supuesto, pero las personas en el mundo no lo quieren reconocer.

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  6. Sexo, sexo, sexo, la maravilla mas grande del universo¡

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