Esperanza, en una caminata hacia mi parque, mi nicho de pesadillas y sueños, mi banco de inventos, de la nada una mano invisible aprisionó mi cabeza con tanta fuerza que me sembró en el pavimento e inoculó en mí una historia triste y macabra. Una voz en mi frente fue narrando los pormenores y he aquí que corrí para contártela; como título le asigno el de “Una moneda en la oscuridad “.
Era la pareja más estrambótica que puede haber existido: él, alcohólico e histérico; ella, ninfómana y tuberculosa. Se amaban, o creían amarse con frenesí, pero no era más que una pasión enfermiza y maldita como las hay muchas en este gran rebaño del llamado y amado planeta tierra.
De aquella unión estaba por nacer una cría y se sentían felices, buscando un nombre y un apodo que anexarle al fruto de sus infectadas entrañas. Con mucha alegría y curiosidad habían preparado un cuarto para tal acontecimiento, con todo tipo de lujos. Se esmeraron por hacer de ese cuarto un palacio de cristal, adornado con los implementos más caros, importados de sitios exóticos del orbe terrestre. Cabe destacar que esta pareja era muy rica y poderosa, con bienes que no tenían principio ni fin.
Querían rodear a su primogénito de todo objeto precioso que fuese posible, hasta de objetos lunáticos y marcianos si hubiese oportunidad de traerlos.
Esperaban con ansia no disimulada el feliz término de aquel largo suspenso, aunque en el fondo sentían un gran temor que sabían ocultar muy bien con mucho maquillaje.
Por fin llegó el tan esperado día. Fue un simple juego de dados echados a la suerte, un destino incierto y temido, donde la naturaleza les hizo trampa ganándoles el juego, o tal vez ellos hicieron malos pases y perdieron de mano. Lo que brotó del vientre de ella fue una mala jugada del destino, o de las malas acciones, o de la mala preparación, o quizá de la locura de procrear; no sé, no tengo el don de adivinar.
Un niño sin forma definida, con una gran joroba, el pie izquierdo sin dedos, un solo labio que dejaba entrever una gran abertura por donde salía una baba espesa mezclada con mocos; una sola mano; y lo peor: castrado, pues en el lugar del sexo solo tenía una especie de ojo por donde salía el orine sin control.
Fue un golpe tremendo para aquellos hasta entonces alegres padres, quienes se echaban la culpa mutuamente, hasta que cayeron fulminados por la impresión y no se pararon más.
El niño fue creciendo, arrastrando por el mundo sus grandes defectos, sin más amor que el de las paredes de su gran casa y el frío del dinero y los bienes heredados.
Vivió rodeado de adulación, maldad y risas irónicas, hasta que fue ya mayor. Entonces optó por despedir a toda la servidumbre y los amigos que se pegaban como garrapatas por el interés de las dádivas que les repartía. Quiso vivir solo, se retiró de la vida pública, hizo una abertura en la puerta principal y contrató a dos personas para que se encargaran de su alimentación a través de esa pequeña rendija.
Ya no pensaba en asearse porque solo percibía los olores de su cuerpo, le daba igual; maldecía a sus padres por haberle dado el ser, en lugar de la muerte, ya que no tenía el valor de matarse el mismo.
Pero un día empezó a pensar de forma diferente.  Meditó por horas y se dijo: “Tengo mucho dinero, por lo tanto, el poder es mío; puedo comprar almas, leyes... Ahora veo que no todo fue tan malo, perdono a mis padres y les doy las gracias por darme esta supremacía. Voy a usar mi fortuna en algo de mucho provecho: haré una gran fiesta e invitaré a toda la burguesía de esta maldita ciudad, a lo más selecto del mundo artístico y profesional”.
Allí había políticos, curas de diferentes religiones, expresidentes, artistas, actores y actrices cinematográficos, empresarios. Él se bañó con champaña en una gran tina de oro ubicada en la sala de la casa e invitó y empujó a muchos a la gran poza. Esa noche realizó extraordinarios donativos, y contrató a un canal de televisión para que transmitiera en vivo y directo el acontecimiento.
La gente formaba grupos donde el tema de conversación eran los defectos de aquella criatura, a quien llamaban tristemente Apocalipsis y se reían y mofaban de él.
Apocalipsis, como le decían, había instalado un moderno sistema de escucha en toda la casa y estaba enterado de todas las conversaciones de aquellos parásitos.
Como sucede en toda fiesta, se coló allí una joven de extraordinaria y virginal belleza, pero de corrupta mente y cuando Apocalipsis la vio, quedó completamente maravillado por su belleza, comparable a la más bella rosa del jardín del Edén, lo que le hizo pensar en Eva, la supuesta primera mujer del mundo.
Terminó la fiesta y Apocalipsis quedó como loco, buscando y preguntando por aquella joven, su Eva, la mujer de sus sueños y pesadillas. Cuando al fin la encontró, o ella a él, inmediatamente entabló una conversación amistosa con ella, declarándole sus sentimientos y su deseo de hacerla su esposa.
El alma de aquella corrupta joven sintió asco, pero su inconsciente dijo que sí y aceptó la propuesta. Él le confeso la horrible verdad de su cuerpo mutilado y ella respondió que tenía muchos pretendientes; si él aceptaba que ellos la amaran, lo aceptaría y sería su esposa.
Apocalipsis ni siquiera lo pensó, accedió a sus deseos de inmediato y concertaron una fecha para la boda, durante la cual ella viviría en su casa, en una habitación con candado.
Se insertaron avisos en la prensa diaria y anuncios luminosos en la televisión, y todos esperaban el momento para divertirse y orinarse de la risa. Llegó el día de la boda, en el cual nadie trabajó pues fue declarado fiesta nacional. Las calles adyacentes al templo estaban abarrotadas de gente y mascotas; era tanta la cantidad aglomerada que no pasaba ni una mosca. Desde aquel momento su vida cambió por completo; ahora tenía sentido y color.
Apocalipsis tuvo la ocurrencia de montarse en una carroza fúnebre adornada con rosas rojas y blancas; en una hermosa jaula de oro su Eva, impúdica, ataviada con guirnaldas de oro y diamantes. Un velo tan blanco que opacaba hasta a la nieve, la cubría hasta los senos. Todos los ojos enfocaron la corona gris que cubría su cabellera y en cuyo centro se divisaba un medallón dorado que encandilaba cuando lo bañaban los rayos solares.
Las risas se escuchaban hasta más allá de las nubes: el casamiento lo realizaría un hombre mocho, sordo y enmascarado acompañado por un traductor. 
Al finalizar la ceremonia la gente pedía a gritos que se besaran, pero Apocalipsis respondió que tenía gripe y no quería marchitar a su Eva. La fiesta se realizaría en la plaza Mayor, entre cañones y bámbolas.
Con esta celebración Apocalipsis gastó tanto dinero, que con él podía haberse construido una ciudad con todo y habitantes. Después de esto se retiraron a su amplia casa, donde los esperaban siete jóvenes y cantidad de curiosos y periodistas (los grandes amigos de la historia) alrededor de los jardines, a consumar su noche de bodas.
Apocalipsis se alarmó por la presencia de estos siete jóvenes ya que pensaba que era uno, pero ella le respondió: “Mi querido Apocalipsis, la semana tiene siete días, cada uno es un placer diferente; si no estás de acuerdo nos divorciamos y te dejo solo”.

Por respuesta, Apocalipsis lloró como un niño al que le quitan su juguete o le colocan una inyección. Por la mente de Eva bullían mil pensamientos, el que más la trastornaba era el de matarlo, enviudar y quedarse con todo para hacer de la casa un gran burdel de lujo con clientes especiales.
Amanecía después de un fin de semana ajetreado y festivo, los primeros rayos de sol del primer día de labores inundaban la mansión. Entró lunes y se acostó como Adán con su Eva, que ya lo esperaba como llegó al mundo, y se entregaron al amor desenfrenadamente. Apocalipsis estaba allí, observando algo nuevo y excitante en su cruel vida, algo que nunca había experimentado y que jamás podría.
Sentía correr algo por sus venas y se revolcaba de placer en el suelo de la habitación, sin poder tomar parte en aquella cama con su Eva que tanto quería.
Así fueron pasando martes, miércoles, jueves, viernes, y Apocalipsis estaba flaco y demacrado, con la muerte pintada en el rostro y sin probar alimento. El sentido inevitable del hambre se había evaporado de su mente, era un recuerdo inequívoco de su significado, estaba obsesionado, amodorrado e histérico, su único pensamiento era lo que hacía su Eva, que ahora era su verdugo y le restaba la vida con la tortura que le infligía.
Su Eva se había convertido en gamelote negro. Llegó sábado y fue el último día para Apocalipsis, quien no pudo resistir más el crecimiento de sus cuernos y se tomó un vaso de whisky con cicuta. Cuando Eva llegó al clímax, él dejó de vivir.
El domingo, el día más esperado por Eva, se realizaron las exequias de Apocalipsis, directo de la habitación al hueco eterno, donde no quedó ni marca de que allí lo habían enterrado.
Desde entonces todo fue risas, celebración con los licores más costosos, sexo sin parar, competencias sexuales como en la antigüedad; grandes charcos de licor, con vómito de alimentos mal digeridos, convirtieron la muerte de Apocalipsis en una gran orgia. Los innumerables personajes bacantes, rompieron vasos y copas costosas, quemaron cuadros de famosos pintores, destruyeron muebles y alfombras de un valor incalculable que habían sido importados de Oriente y África por Apocalipsis, porque Eva gritaba que todavía tenían los humores de su “querido” esposo.
Finalmente fue requerida la presencia de la policía (la que acudió rápidamente debido a la llamada anónima de una supuesta persona que apreciaba y amaba a Apocalipsis en silencio) para controlar a la enardecida turba a causa de los licores y el sexo excesivo. Posteriormente un notario se presentó para evaluar los daños infligidos a la mansión y proceder a la lectura del testamento, porque siempre hay uno que pone los puntos en las ies.
Eva hacia planes y fabricaba castillos en el aire con bases en montañas de dinero, recibía felicitaciones y abrazos de los concurrentes a aquel domingo festivo, nunca antes celebrado en la ciudad.
Se hizo el silencio y el notario dio comienzo a la importante lectura: “Yo, Apocalipsis, en pleno uso de mis facultades y consciente de que a veces la naturaleza nos gana el juego, dejo toda mi fortuna, sin avisos, alegatos ni reclamo alguno de persona o personas que tengan disposición a realizar alguno, a todos los defectuosos del mundo, para que alegren y aminoren sus sufrimientos producto de sus defectos y no pueblen el mundo de monstruos que solo vienen a sufrir y a hacer reír a los que “están completos superficialmente” por deseos o caprichos malignos de gente que los formo sin pensar en el daño que hacían al procrear gente como yo, piensen en que la vida puede ser larga o corta y el tiempo de sufrimiento depende del tiempo de duración de la misma. Sellado, notariado, registrado y firmado por el juez Anacleto Bonaparte, en la capital del estado, a los siete días del mes siete de 1972. Ejecútese al pie de la letra. Que así sea”.
Eva quedó petrificada por el impacto que recibió su borracho cerebro y luego comenzó a vociferar como loca, con un vocabulario no apto para oídos educados, rompió su ropa y le daba cabezazos a la pared, que le respondía con dureza rompiendo su rostro.
Se requirió la ayuda de siete enfermeros para someterla y calmar su locura; ahora se encuentra en un manicomio, con el vientre abultado, amarrada a una cama, con la cabeza rapada y preguntando: “¿Qué día es hoy, a quién le toca, ¿Apocalipsis, me lo puedes decir?”.
Apocalipsis, voltea esa moneda para ver su otra cara porque esta me encandila. (1972). Miguel Correa.


Comentarios

  1. Buen día Miguel, esta es una historia fatídica, pobre Apocalipsis, esto se ve mucho en la vida real, muchas personas defectuosas por culpa de sus padres enfermos, esto no debería ser así.

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    1. Si Norma, procrear es un acto supremo, es la continuacion de nuestros genes en un ser nuevo, por eso hay que estar lo mas seguro posible para procrear.

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  2. Hay que estar consciente de que traer un hijo al mundo es una cuestión importante y muy delicada, por eso hay que estar sanos de cuerpo y mente.

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    1. Por supuesto eso es vital, con eso evitamos complicaciones.

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    2. Si y estar seguros de que cada niño que viene va a estar en la mejor calidad de vida posible.

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  3. Lo terrible es que desde que comenzó el mundo ha sucedido esto y parece que a nadie le importa, muchosclo toman como diversión y burla.

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    1. Asi Norma, hay montones de peliculas que exponen este tema a la opinion publica, muchos se divierten y otros lo ven como algo malo, a lo que hay que buscarle una solucion.

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  4. Esto se ha hecho ahora mas común gracias a los tantos vicios que adornan la vida de muchas personas en el mundo.

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    1. Los vicios peligrosos so los que dañan mas al organismo en general, pero son los que mas atraen.

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  5. Triste, esto nos deja ver que para formar una familia hay que estar sanos de cuerpo y mente.

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