Cuando me introduje en el cuarto, fui llamado internamente y las voces
salieron en desbandada, yo salí en su persecución, avanzaba veinte pasos y ellas retrocedían veintiún pasos, mis
pensamientos chocaban con ellas en el escalón veinte por respuesta, eran
cubiertos por un manto de preguntas sin respuestas, sonó mi teléfono y
continuaban las preguntas, las respuestas giraban hacia la izquierda, para
completar el crucigrama tenía la opción de pescarlas de atrás hacia adelante o
elegir la frase completa, estirar las manos y asirlas juntas; era todo un
acertijo de ideas a gran velocidad, cuando sonó el otro teléfono los repiques
fueron siete y una voz dijo ¡no quieres hablar! Yo como persona normal lo
coloque de frente a mi teléfono para que hubiese una comunicación clara entre
ellos, pero uno sonaba lento y el otro rápido, no pudieron entenderse, unos
repiques eran negros y los otros blancos parecían un domino.
Me paro enfrente y veo dos teléfonos dialogando con un vocabulario
infinito y repetitivo, las palabras repicadas van formando otras que al unirse
describen ideas muertas que permanecen en el limbo de los sueños, amodorrados y
estériles, que van perforando los oídos de los amantes del destino de los
perros del augurio.
Los anacoretas del tiempo entregados a sus oraciones y penitencias van
borrando las oraciones para convertirlas en palabras solitarias, tristes
intercalándolas entre sus penitencias para hacerlas más sutiles a los oídos del
olimpo; las teclas telefónicas se desesperan y claman por atención, el licor
dulzón va borrando sus señales haciéndolas ininteligibles a los ojos de sus
dioses que piden solo paciencia porque un manto gris cubre sus visiones
exotéricas y estériles, estimulando a sus demonios que sobresalen con alegría,
porque ya tienen a otros adeptos en sus dominios.
Nuestros antepasados van corriendo hacia su destino con sus almas
desbocadas, implorándole al viento por un trato más honorable, las
comunicaciones que se profesaban entre ellos eran producto de los artesanos
espaciales que cobraban con especies por un trabajo refinado, las gargantas del
purgatorio hacen sentir su presencia con un rugir intermitente y premonitorio
que va sembrando en las mentes la lujuria de los siglos.
La institución gubernamental ya tiene preparada tu muerte futura en
contratos milenarios, lo que les da más poder absoluto sobre tu espíritu y
aumenta su satanismo codicioso, las arcas mentales y corporales de estos
señores del reino los convierte en gordas bambalinas que chocan entre si
anunciando su ley, sus designios y su avaricia. Van arrugando las tierras y el
aire se vuelve polvo estéril al paso de sus esqueletos demoniacos, con la
complacencia de los dioses del averno.
La metamorfosis del cielo que fue producida por los furiosos cohetes
mentales de la verdad más contradictoria e inverosímil, degenero en un infierno
atractivo y permanente que subyuga las almas y las hace fanáticas del castigo
más prominente y voluptuoso; las cenizas de su fuego transforman los
pensamientos y los hacen creíbles, trastornan las voces que se hacen deseadas
por los oídos más curiosos, las miserias más atroces ya son pasajeras y vecinas
del transporte de la vida y se pegan a la frente de los condenados al suplicio;
las armas que los someten son adoradas por los imbéciles que participan en
estas bacanales, disfrutando en sus pieles del contacto que más les gusta y los
margina, haciéndolos esclavos religiosos, pedófilos del sufrimiento, lunáticos
del suplicio y mariposas sin evolución.
"Muchas veces los problemas se presentan porque somos débiles de mente y
creemos más en los demás que en nuestro potencial como seres humanos, si estas
ante un espejo y ves una persona triste es porque así has estado toda tu vida y
si ves una persona feliz es porque así has estado toda tu vida; o también
porque las influencias externas e internas han moldeado tu personalidad.
Entonces si Dios no tiene problemas porque nosotros sí, ¡bueno porque nos hemos
dejado influenciar sin luchar contra eso ¡" MIGUEL CORREA.
Un gran cuento de ficción que te atrapa desde la primera palabra, es sensacional.
ResponderEliminarGracias amiga Norma.
EliminarLas frases y oraciones sutiles que empleas en esta gran escritura te dejan un sabor y un deseo a mas palabras que estimulan tu espiritu a soñar con cuentos mitologicos como los que nos enseñaban en nuestra etapa de estudiante.
ResponderEliminarGracias, a mi tambien me gustaba bastante mi etapa de estudiante, era una etapa de grandes sueños, deseos de grandeza y ganas de conquistar el mundo.
EliminarEn todas las etapas, en todos los procesos, en toda nuestra vida siempre hay dos opciones para nuestra escogencia y depende de nuestra sabiduría escoger la principal.
ResponderEliminarUna historia de eleccion¡
ResponderEliminarEsta en nosotros elegir la correcta.
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