Me encontraba a las tres de la mañana viendo dos películas en un canal extraño y diferente de televisión, me dio sed y alargue la mano hacia la copa que estaba a mi derecha con un líquido marrón en su interior, mezclado con hielo, coca cola y limón, cuando lo llevaba a mis labios vi que me hicieron una seña temblorosa y aterrada, pidiéndome que no la tragara, era una cucaracha que bailaba un ritmo pegajoso y obsesivo producto de la ingestión del líquido marrón, intente acabar con su asquerosa presencia, ella me pidió asustada y llorosa que no la matara porque mi ayuda estaba en sus manos y la de ella en las mías, no entendí el trabalenguas, ella me relato un discurso que me pareció interesante, en épocas pasadas ellas eran las amas del mundo, todos y todo estaba debajo de sus zapatos, pero las moscas habían ganado mucho terreno por culpa de unas cucarachas traidoras que habían pactado con las moscas y las ratas; después de un análisis profundo habían llegado a la conclusión de que solo los humanos podíamos ayudarlas y a su vez ellas nos ayudarían a nosotros a controlar el mundo con la mitad para cada uno, a mí eso me produjo unas escandalosas carcajadas, cuando ceso mi algarabía lo pensé mejor y note que eso era cierto, ya que ellas habían sobrevivido a la primera extinción del mundo de los dinosaurios, a la bomba atómica, a los insecticidas y a los pedos humanos, también a los chancletazos; la curiosidad cubrió mi cuerpo y mi mente, pensé, pensé y repensé, me di cuenta que era un excelente plan y yo podía sacar bastante provecho del mismo.

El gran problema radicaba en que las moscas eran sumamente poderosas e incursionaban con éxito en todos los ámbitos de la vida en la tierra, lo que si descubrí con emoción era que las moscas son animales diurnos y duermen de noche como la mayoría  de los humanos, el problema más serio se presentaba con sus aliadas las ratas que se podían mantener despiertas las 24 horas del día y eran animales muy agresivos que cuando andaban en grupos o comunas se convertían en máquinas mortíferas que podían exterminar a cucarachas y humanos sucesivamente.

Por lo que pude deducir era un buen plan pero muy peligroso y complicado para llevarlo a cabo y lograr el éxito; algo me lleno de terror al continuar viendo una escena en la película dos, un ejército de ratas cabalgaban hacia un rebaño de ovejas asustadas y los jinetes que las guiaban eran las moscas armadas con: picante para la piel, púas que producían rabia, una música que hacia explotar los oídos, hemorragias de asco y siempre buscaban orificios por donde entrar a depositar sus larvas infecciosas; las ratas mostraban sus afilados dientes cubiertos de baba espesa, gelatinosa, maloliente y acida, se acercaban a su presa lanzando dentelladas diabólicas que producían arrugas en la piel; aquel episodio dantesco hizo temblar, correr y esconderse a la ya borracha cucaracha que me gritaba vamos a ayudarnos mutuamente para acabar con esta guerra desigual; yo reía, paraba, volvía a reír y me paraba de nuevo girando mi vista hacia mi nueva amiga la cucaracha y la película dos. Quede paralizado sin lograr tomar una decisión porque era en verdad algo difícil, las cucarachas también eran nuestras enemigas y mantenían una lucha constante con nuestro intelecto humano para arrebatarnos los alimentos, pero la propuesta de mi nueva amiga era atractiva; no logre concluir quien era más fastidiosa las cucarachas, las moscas o las ratas, mi mente trabajaba a miles de kilómetros por hora analizando todas las situaciones y me pareció o lo pensé así que la propuesta cucarachera era interesante, podíamos unirnos y acabar con el ejército comunista y socialista ahora unidos las ratas y las moscas. Me reí escandalosamente de aquella ocurrencia y el televisor se movió a mirarme, de la película dos sentí en los poros y uñas las miradas de las ratas y el zumbido de las moscas.

Miguel Correa.