Fantasía
Cariñosa
|
Amigos míos, tengo que contarles una historia
real que me ocurrió a la edad de 18 años, estaba con un amigo que conseguí en
una fiesta de un pueblo, teníamos la afinidad de la música y los acetatos, yo
dije que si cuando me pidió ayuda para colocar los discos, como yo tenía miniteca,
estaba encantado con hacer lo que me gustaba, la fiesta se prolongó casi hasta
amanecer y al terminar la misma, eran las cuatro de la mañana, mi amigo me
pregunto que para donde iba, yo le respondí que bueno me regresaba a mi casa de
la capital, cuando amaneciera que ya faltaba poco, el me respondió que sí lo
podía ayudar a llevar el tocadiscos y los acetatos a su casa, yo le dije está
bien vamos.
En el camino me dijo, no hagamos bulla que
mi madre está durmiendo y no la quiero molestar, resulta que la señora estaba
despierta y esperando que llegara su hijo, tocamos y detrás de la puerta
escuche dos voces hablando en voz baja, luego entramos, mi amigo me presento a
su madre y la señora me dio hasta un beso al cual correspondí, después me ofreció
café y como soy muy adicto al café acepte, pero le dije a mi me gusta tinto y
sin azúcar, la señora respondió: no hay problema se lo preparo ya y se fue a la
cocina, mi amigo me dijo oye mi madre no hace eso, le caíste bien, me sentí muy
contento con lo que me dijo, me agrado mucho esta familia.
Sentados en la sala hablando, notaba
que alguien me miraba profundamente, sentía un hormigueo en mi espalda y cuello
que me hacía voltear y pasar mis manos por el cuello, al rato llego la señora
con café y unos pastelitos, estaban exquisitos y me los comí todos.
Pedí el baño prestado a mi amigo y me
dijo ve hacia la cocina y antes de llegar, a la derecha está el baño, así lo
hice, descargue mi vejiga que estaba completamente llena, pero cuando me
disponía a salir, entro la señora y cerró la puerta, sorprendido me puse
nervioso y acalorado ya que la señora en cuestión parecía una diosa con un
cuerpo y un rostro que te dejaba sin palabras, se me trabo la lengua y solo
llegue a decir, ya salgo, pero mi sexo no quería salir.
Ella por repuesta me hablo de una
forma que me hizo temblar las piernas y casi caigo sentado en la poceta, me contó una historia de hadas y príncipes, así la entendí yo o creí escuchar eso.
Cuando reaccione atine a oír: tengo
una hija que tiene algunos problemas, es virgen, no sale de la casa y no tiene
amigos, cuando llegaste con mi hijo ella te vio y se enamoró, me rogó que
hablara contigo y te dijera que iba a ser tuya en su cuarto, que te dijera que
sentía un amor y un deseo tan intensos que si no accedías a estar con ella
desde hoy domingo hasta el miércoles sin salir del cuarto y con la luz apagada
tomaría cianuro y acabaría con su existencia.
Yo quede tan impresionado que no sabía
que decir, no salía ninguna letra del abecedario por mis labios, nada más
asentía con la cabeza, la señora creyendo que yo no aceptaba la propuesta se
desnudó y me dijo hazlo ya y te prometo que también seré tuya, no quiero perder
a mi hija que quiero tanto, mis ojos casi se salen de sus órbitas cuando
aquella diosa mostró su tesoro ante mí, esto me dejo paralizado y con el
corazón desbocado.
Se movía como bailarina y me decía
vas a tener dos premios, mi querida hija y yo, tócame para que me sientas, paro
sin ajarme no te precipites, por fin me controle y hable con ella tiernamente,
luego le dije está bien mi señora haré lo que usted desea, presénteme a su
hija.
Me respondió, no ella te espera en su
cuarto, pero no prendas la luz porque no hay bombillo y toma esta caja de
preservativos espero te alcancen y por favor no le hagas el amor a mi hija sin
ellos, está claro, ven para llevarte, tomo mi mano derecha y subimos al otro
piso, tomo una llave de una mesita y abrió la puerta del cuarto, me dijo entra
que mi hija te espera, recuerda siempre usa los preservativos no quiero que
ocurra un accidente y cerró la puerta tras de mí.
Me quede parado en la misma para
adaptar mis ojos a la luz, hasta que vi un cuerpo difuso en la cama que me
hacía señas, me acerque, senté mi cuerpo en el lecho e inmediatamente sentí una
lluvia de besos en mi cara y dos manos que apretaban mis piernas con pasión,
buscaban mi correa para abrir mis pantalones, rompió los botones de mi camisa y
en medio de jadeos de lujuria y susurros me decía soy tuya, viólame, rómpeme
por todas partes, abre mis piernas y penétrame con tu animal, mi sexo estaba
furioso, me creía el héroe de una película de ficción y cuando ya estaba
dispuesto a penetrarla, recordé las instrucciones de la señora y abrí la caja
de preservativos.
Ella me rogo antes de colocártelo
déjame verlo, acariciarlo , besarle, sentirlo mío, yo accedí y casi me voy para
las nubes con tanto placer, pero logre contenerme, coloque el preservativo y la
penetre con furia infinita, ella pedía más y más placer, se abría, se
contoneaba y bailaba con furia, aprisionando mi pene que resistía aquella
avalancha de voluptuosidad, era una casta ninfómana con ansias de poseer,
tragar y fundirse a mi sexo, hasta que en un apoteósico clímax caníbal mordía
mi pecho e incrustaba sus dedos en mis brazos y espalda queriendo fundirse
conmigo en un placer por primera vez sentido y logro viajar en el tiempo,
visitar los sitios donde vivió antiguas vidas, quedando desmayada de amor y gozo.
Así pasaron los días de puro sexo y no pude en
tanta oscuridad lograr ver su rostro, aunque tanto que acaricie su cuerpo, su
cabello, su sexo y toda ella note que tenía un cuerpo de diosa al igual que su
madre, un cabello sedoso y largo que cubría toda su espalda, unos senos que si
los dejaban cubrirían al mundo y unas nalgas que provocaban pensamientos
oscuros, de tanto que estuvieron encima de mi cara, eran mullidas, bien
redondeadas y tan suaves que no podía alejar mis manos y mi pene de ellas.
Ya el miércoles en la madrugada, agarro el
teléfono llamando a su madre y diciéndole gracias mama soy muy feliz, al rato
ya para amanecer vino la madre y nos cambiamos al cuarto de ella, allí estuve
hasta el próximo domingo, no hace falta contar lo que hicimos la señora y yo,
que fue mejor aún que lo que hice con su hija, cabe destacar que la señora era
una veterana espectacular en los placeres del alma sexual y aquella semana que
pase en su casa fue uno de los mejores momentos que he pasado en mi vida. Cuando
salí de esa casa el pantalón se me caía y tuve que abrir tres huecos más a la
correa, pienso que de tanto sexo rebaje como diez kilos. Al cabo del tiempo
supe que la hija de la señora había muerto, porque recibí una carta dándome mil
gracias por haber hecho feliz a su querida hija, mientras estuvo en este mundo,
que siempre me recordaba con sumo cariño.
Yo me imagine lo que su hija tenia, pero no
quise entrar en tantos detalles y me sentí excelentemente bien por ese amor que
brinde a esas personas; hasta la fecha no he visto más al hijo de la señora. Miguel Correa.
Siempre ocurren cosas extrañas a lo largo de nuestras vidas.
ResponderEliminarSi amiga mía.
ResponderEliminarEntre el corazón y la mente hay muchas diferencias, tu mente piensa en diferentes cosas y el corazon acepta las que lo hacen feliz y viceversa, es complicado que los dos se pongan de acuerdo en todo.
ResponderEliminarMuchas veces, pensamos en lograr conseguir: felicidad, objetos materiales, amistades, calidad de vida y así todo lo que nos hace falta y a la vez felices, en nuestra vida; mantenemos esos sueños e ideales en la mente, solo nos hace falta voluntad y fe para lograr todas esas metas.
ResponderEliminarAl igual que ustedes los hombres, nosotras las mujeres soñamos con un principe azul que nos traiga felicidad y solucione todos nuestros problemas.
ResponderEliminarClaro eso es algo normal.
ResponderEliminarOtra historia fantastica.
ResponderEliminarSiiiiiiiiii¡
Eliminar