Mirada Enigmática

He estado toda una eternidad sumergido dentro de cuatro paredes, sin tener ningún contacto con mis semejantes, mirando por la ventana como pasan aves de diferentes colores y tamaños, con su esplendoroso y envidiado vuelo, conquistando el horizonte, buscando un nuevo mañana y una rama donde posarse para expresar su voz en un melodioso canto; he sentido el aire en mi rostro, pero he tenido que cerrar mis ojos, porque este aire no es puro, viene cargado de infamia y verdades falsas, que tapan la mente y paralizan las almas.

  

Mi único desahogo ha sido la masturbación de mi cuerpo y de mi espíritu, mis ropas no tienen color definido, mis zapatos están cansados y rotos de tanto pisotear barro y andar sin rumbo de llegada ni salida, mi mente es una hoguera que quiere prender su llama en el mundo para apaciguar los humores, me he comido mi propia hambre y me he tragado mi sudor y mi saliva por los poros de mi frente,

   

He visto por el cristal de mi ventana cantidades de monos perforándose los ojos y construyendo castillos de odio dorado en el aire y estatuas de sangre en el mar y he tenido que apartar la mirada para que no broten las escasas lágrimas y tapar mis labios con los dientes para no gritar en vano; muchas vírgenes sin honor y ángeles sin nombre, han llegado a mi ventana dicen que traen corola de santos, pero solo es traición, deshonor, odio y rencor, estoy cansado de buscar la puerta, pero no la logro encontrar, solo tengo en mi bolsillo una llave que no sé de qué cerradura será y un vaso de agua turbia que no se si debo tomar.

  

No sé si saldré algún día o si me encerrare más, lo único que yo quiero es que me dejen en paz.

Miguel Correa