La Música y Tres Grandes Músicos: Mozart, Beethoven, Bach
Ludwig van Beethoven, (Bonn,
Alemania, 16 de diciembre de 1770-Viena, 26 de marzo de 1827) fue un
compositor, director de orquesta y pianista alemán, su legado musical abarca,
cronológicamente, desde el Clasicismo hasta los inicios del Romanticismo, considerado
generalmente como uno de los compositores más preclaros e importantes de la
historia de la música y su legado ha influido de forma decisiva en la evolución
posterior de este arte; su familia era originaria de Brabante, en Bélgica, su
abuelo era el director de capilla de la corte y su padre era cantor y músico en
la corte de Bonn; ampliamente considerado el más grande de todos los tiempos,
cuyas composiciones innovadoras combinaron voces e instrumentos, ampliando el
alcance de la sonata, la sinfonía, el concierto y el cuarteto, es la figura
crucial de transición que conecta las edades clásicas y románticas de la música
occidental, su vida estuvo marcada por una lucha contra la sordera, y algunas
de sus obras más importantes fueron compuestas durante los últimos 10 años de
su vida, cuando no pudo escuchar.
Sus éxitos como improvisador y pianista eran notables, y su
carrera como compositor parecía asegurada económicamente con su trabajo de
virtuoso. Porque, entretanto, el joven Beethoven componía infatigablemente: fue
éste, de 1793 a 1802, su período clasicista, bajo la benéfica influencia de la
obra de Haydn y de Mozart, en el que dio a luz sus primeros conciertos para
piano, las cinco primeras sonatas para violín y las dos para violoncelo, varios
tríos y cuartetos para cuerda, el lied Adelaida y su primera sinfonía, entre
otras composiciones de esta época; su clasicismo no ocultaba, sin embargo, una
inequívoca personalidad que se ponía de manifiesto en el clima melancólico,
casi doloroso, de sus movimientos lento y adagio, reveladores de una fuerza
moral y psíquica que se manifestaba por vez primera en las composiciones
musicales del siglo.
Su fama precoz como compositor de conciertos y graciosas
sonatas, y sobre todo su reputación como pianista original y virtuoso le
abrieron las puertas de las casas más nobles, era evidente que Beethoven no
encajaba en aquellos círculos exclusivos, seguro de su propio valor, consciente
de su genio y poseedor de un carácter explosivo y obstinado, despreciaba las
normas sociales, las leyes de la cortesía y los gestos delicados, que juzgaba
hipócritas y cursis, se mezclaba en las
conversaciones íntimas, estallaba en ruidosas carcajadas, contaba chistes de
mal gusto y ofendía con sus coléricas reacciones a los distinguidos presentes.
Y no se comportaba de tal manera por no saber hacerlo de otro modo, lo hacía deliberadamente,
quería demostrar que jamás iba a admitir ningún patrón por encima de él, que el
dinero no podía convertirlo en un ser dócil y que nunca se resignaría a asumir
el papel que sus mecenas le reservaban: el de simple empleado de palacio. La
vida personal de Beethoven fue muy intensa en el aspecto amoroso, pero a pesar
de que estuvo enamorado en varias oportunidades, ni se casó ni tuvo
descendencia. A lo largo de su vida, Beethoven visitó gran cantidad de médicos
para curar sus diversas dolencias físicas, como mala digestión, dolor abdominal
crónico, cirrosis hepática, nefropatía, pancreatitis crónica, irritabilidad,
depresión, así como otros síndromes sin etiología demostrada, tales como
alteraciones gastrointestinales, bronquiales, articulares y oculares, desde su
fallecimiento, a los cincuenta y seis años de edad, en 1827, han existido
muchas especulaciones y estudios sobre las causas de sus múltiples dolencias y
su muerte, pero no han conseguido determinar una patología sistémica para
explicar al menos gran parte de sus síndromes.
Su grandiosa producción musical incluye los géneros
pianístico (treinta y dos sonatas para piano), de cámara (incluyendo numerosas
obras para conjuntos instrumentales de entre ocho y dos miembros), concertante (conciertos
para piano, para violín y triple), sacra (dos misas, un oratorio), lieder,
música incidental (su única ópera Fidelio, un ballet, músicas para obras
teatrales), y orquestal, en la que ocupan lugar preponderante Nueve sinfonías,
podemos como selección y entre las más importantes nombrar las siguientes: La
Sinfonia No.9(Coral)obra cumbre de la cultura occidental, La Sinfonia No.6(Pastoral), La Sinfonia No.5, La
Sinfonia No.3(Heroica), El Concierto Para Piano No.5(Emperador), La Sonata Para
Piano No.14(Claro de Luna), La Bagatela Para Piano(Para Elisa) y La Misa
Solemnis. Existen 138 obras musicales compuestas por Beethoven y a las que él
mismo les asignó un número. Dichos números son conocidos como opus, también otras
205 obras que no tienen número de opus y que fueron publicadas después de la
muerte del compositor.
Ningún familiar le visitó en su lecho de enfermo; sólo
amigos como Stephan von Breuning, Schubert y el doctor Malfatti, entre otros, la
tarde del 26 de marzo se desencadenó una gran tormenta, y el moribundo, según
testimonia Hüttenbrenner, abrió los ojos y alzó un puño después de un vivo
relámpago, para dejarlo caer a continuación, ya muerto, sobre su escritorio se
encontró la partitura de Fidelio, el retrato de Therese von Brunswick, la
miniatura de Giulietta Guicciardi y, en un cajón secreto, la carta de la
anónima «Amada Inmortal».
Tres días más tarde se celebró el multitudinario entierro,
al que asistieron, de luto y con rosas blancas, todos los músicos y poetas de
Viena. Johann Nepomuk Hummel y Rodolphe Kreutzer, entre otros compositores,
portaron a hombros el féretro, Schubert se encontraba entre los portadores de
antorchas, el cortejo fue acompañado por cantores que entonaban los Equali
compuestos por Beethoven para el día de Todos los Santos, en arreglo coral para
la ocasión, en 1888 los restos fueron trasladados al cementerio central de
Viena.
Johann Sebastián Bach, fue
un compositor, organista, clavecinista, violinista, violista, maestro de
capilla y Kantor alemán del periodo barroco, nació el 21 de marzo de 1685, el
mismo año que Georg Friedrich Händel y Doménico Scarlatti, la fecha de su
nacimiento corresponde al calendario juliano, pues los alemanes aún no habían
adoptado el calendario gregoriano, por el cual la fecha corresponde al 31 de
marzo, fue el octavo hijo (el hijo mayor tenía 14 años cuando Johann Sebastián
nació) del matrimonio formado entre Maria Elisabetha Lämmerhirt y Johann
Ambrosius Bach, que fue quien probablemente le enseñó a tocar el violín y los
fundamentos de la teoría musical, sus tíos eran todos músicos profesionales,
cuyos cargos incluían organistas de iglesia, músicos de cámara de la corte y
compositores, su tío Johann Christoph Bach lo introdujo en la práctica del
órgano. Su familia era depositaria de una vasta tradición musical y había dado
a lo largo de varias generaciones un buen plantel de compositores e
intérpretes. Durante doscientos años, los antepasados de Bach ocuparon
múltiples cargos municipales y cortesanos, cantores y profesores, aunque
ninguno de ellos llegaría a alcanzar un especial renombre, hablar de los Bach
era hablar de música.
Bach, fue radicalmente subestimado en su época: pocos
reconocieron al gran músico y nadie supo ver al genio, tras su silenciosa
muerte, la labor de quien había dedicado toda su existencia a crear honesta y
laboriosamente una excelsa música en alabanza del Creador fue olvidada por
completo durante más de cincuenta años, hasta que, tras ser publicada la
primera biografía del músico, otro compositor, Mendelssohn, rescató su obra
para sus contemporáneos al dirigir apoteósicamente en Berlín, su Pasión según
San Mateo en 1829, hecho que constituyó un acontecimiento nacional en Alemania.
Bach, tuvo… ¡20 hijos! Durante su primer matrimonio con su
prima, María Bárbara, Bach tuvo 7 hijos, tras fallecer María, se casa en
segundas nupcias con Anna Magdalena, con quien tiene 13 hijos más, la mitad de
ellos fallecieron al nacer o a una temprana edad, a la muerte de Bach, su
primogénita tenía 41 años y la más joven solamente 8, a pesar de la gran
cantidad de hijos no descuidaba nada en relación a la educación de sus hijos,
sobre todo en lo referente a su educación musical. Bach era dueño de al menos 6
instrumentos de teclado, 10 de cuerda, un laúd y dos clave-laúds, que dejó como
legado al morir.
Un año antes de su muerte le iba a alcanzar el mismo destino
que estaba reservado a otro genio como él, el famoso Haendel: la ceguera total,
pero una vez más, antes de que la noche eterna le encadene para siempre a su
cama, Bach vivirá un momento estelar cuando al fin alguien reconozca su
poderoso talento y su maestría: el joven rey de Prusia Federico II. En diversas
ocasiones este soberano había expresado su deseo de encontrarse con el conocido
compositor, la ocasión llegó en la primavera de 1747, un lluvioso día de abril
Bach emprendió titubeando el camino hacia Potsdam en compañía de uno de sus
hijos y se hizo anunciar en el palacio de Federico en el momento en que se
interpretaba un concierto de flautas compuesto por el propio soberano.
Su Majestad interrumpió inmediatamente la música y salió
para recibir calurosamente al recién llegado, tras enseñarle el palacio y
platicar brevemente con Bach sobre temas musicales, el rey quiso maliciosamente
someter a su invitado a una pequeña prueba: con una flauta, que era su
instrumento preferido, atacó un tema de poco fuste y lo retó a que lo
desarrollara según las reglas del contrapunto, en breves instantes, Bach
compuso una fuga de seis voces perfecta y maravillosa, ejecutándola a
continuación. El rey escuchó admirado aquellas armonías que se diría que
estaban hechas para los oídos de los ángeles y, al término de la
interpretación, únicamente pudo exclamar una y otra vez: "Sólo hay un
Bach... Sólo hay un Bach."
Feliz por este encuentro regresó Bach a Leipzig, ciudad que
ya no abandonaría hasta su muerte, su energía y su espíritu creativo estaban
aún intactos, pero su vista se extinguía y su salud le exigía cuidados, el
genio luchó en vano contra su fin próximo, empleó sus últimos días en cumplir
sus obligaciones familiares y profesionales con la máxima diligencia posible,
aunque no renunció por ello a su vocación musical y desde su lecho de muerte
dictó El arte de la fuga.
Un ataque de apoplejía puso fin a su vida el día 28 de julio
de 1750, lo rodeaban sus familiares y su alma grandiosa abandonó sin dolor
alguno el cuerpo del que había sido un simple mortal casi ignorado por sus
semejantes, dejaba a su muerte un valioso legado a la posteridad: una ingente
obra religiosa y numerosas piezas profanas; un corpus que, en definitiva, se ha
erigido en ley de toda la producción musical posterior; años después, en una
conversación con Mendelssohn, Goethe fue capaz de concentrar en una sola frase
admirativa cuánto hay de mágico en la música de Johann Sebastián Bach: "Es
como si la armonía universal estuviera dialogando consigo misma, como si lo
hubiera hecho en el pecho de Dios desde la creación del mundo."
Entre algunas de sus obras tenemos: Bourrée en mi menor; Fantasía
y fuga en sol menor, BWV 542; Fantasía en sol mayor, BWV 572; Clavier-Übung; Der Tag, der ist so freudenreich; Herz und
Mund und Tat und Leben; Ich hab in
Gottes Herz und Sinn; Jesu, Joy of Man's Desiring; Misa en si menor; Oratorio
de Navidad; Partita para flauta sola; Partita para violín solo n.º 2, BWV 1004;
Pasión según San Juan; Pasión según san Mateo; Preludio y fuga en do mayor, BWV
547; Preludio y fuga en la menor, BWV 543; Preludio y fuga en mi bemol mayor,
BWV 552; Seis Pequeños Preludios BWV 933-938; Seis sonatas en trío para órgano,
BWV 525-530; Pequeña fuga en sol menor, BWV 578; Sonatas y partitas para violín
solo; Tocata y fuga en re menor, BWV 565; Variaciones Goldberg; Suites para
violonchelo solo; Passacaglia y Fuga en Do menor, BWV 582; Pequeño libro de
Anna Magdalena Bach; Pequeño libro de Wilhelm Friedemann Bach; Suite inglesa
n.º 3, BWV 808; Suites francesas; Suites inglesas; Toccata y Fuga en Fa mayor,
BWV 540; Toccata, adagio y fuga BWV 564; Wie schön leuchtet der Morgenstern.
Esta musica es algo fuera de serie, hay que tener gustos exclusivos para disfrutar de ella, el oído tiene que estar desarrollado y adaptado a estas notas tan especiales y celestiales, Miguel te felicito por este articulo, gracias por eso.
ResponderEliminarSiempre me ha gustado la buena música y me pregunto que pasa en el mundo que los gustos musicales actuales son tan mediocres; en cierta forma hay estilos musicales que han disminuido su creatividad, músicos que solo hacen música para el inframundo y sus habitantes, oídos que debido a la cantidad de cerilla acumulada no permiten el paso de las verdaderas y exquisitas notas que los pueden deleitar. En definitiva la buena música es para mentes que han aprendido a expandir sus neuronas hacia el infinito.
ResponderEliminarLa cuestion es quien es el mejor Mozart o Beethoven, es una incognita¡
ResponderEliminarYo creo que Mozart, aunque los estilos son diferentes.
Eliminar